En este capítulo se narra la investidura de don Quijote como caballero. Esto se lo pide al ventero a quien considera señor del castillo y éste le sigue la corriente y le ordena que vele sus armas durante la noche. Entretanto el ventero informa a los demás huéspedes de la locura del protagonista y éstos lo comprueban personalmente cuando intentan quitarle sus armas, ya que les ataca. Se desata una pelea contra don Quijote, que es apedreado, hasta que el ventero le pone fin nombrando caballero al hidalgo, quien inmediatamente después sale en busca de aventuras.